Inicio Artículos Los niños están sufriendo

16 de febrero de 2021

Los niños están sufriendo

Pataletas, pesadillas, miedo a otros, enfermarse sin razón aparente, dependencia exagerada del chupón, aferrarse al pañal, llantos repentinos, demandar de forma exagerada la atención del cuidador… y así podríamos listar una seria de “señales” que los padres de niños menores de 6 años reportan [2]… “bueno, ¿qué niño no hace todas esas cosas?”… en efecto, muchos niños presentan este tipo de comportamientos como parte de su desarrollo… PERO… cuando la intensidad de esos comportamientos está en un rango de “fuera de lo habitual” … pues ya debemos ponernos en modo ALERTA pues son manifestaciones que expresan sufrimiento.

Ha pasado casi un año desde que el gobierno implementara la cuarentena y 3 millones y medio de niños menores de 6 años en nuestro país están viviendo fuera de su “espacio natural”[3], confinados en casa o limitados en sus interacciones sociales con la idea de asegurar su bienestar. Este artículo no pretende juzgar si la medida fue buena
o no, lo que intenta decirles es que los niños están sufriendo y no podemos dejar que lo sigan haciendo un día más.

 Si bien nos encontramos en una situación compleja originada por el COVID 19 y todos nos vemos afectados de alguna forma, los datos ponen en evidencia que en su condición de vulnerabilidad son los niños quienes sufren más las consecuencias de las medidas tomadas y lo hacen de “forma silenciosa” disfrazada de un “está engreído”.

Es necesario que tomemos conciencia que los efectos de este sufrimiento serán una factura muy alta que los peruanos tendremos que pagar en el mediano plazo, sólo basta mirar algunos datos para proyectarnos:

•   Para el año 2020, el 60% de niños del nivel inicial interrumpieron sus estudios[4], con ello no sólo perdieron su espacio de aprendizaje, sino también de protección y en otros casos, de alimentación y apoyo psico-emocional. Impactando en el desarrollo de capacidades futuras.

·   La encuesta de la ECIC-19 (reporte Nov 2020), indica la sobrecarga de los padres relacionados a cumplir con las obligaciones laborales y el cuidado de sus hijos, paradójicamente aún estando en casa, se reduce el tiempo de juego con los niños y tal vez lo más alarmante sea el estado socio emocional de los padres: 5 de cada 10 cuidadores tiene uno o dos indicadores de depresión, y 9 de cada 10 cuidadores tiene uno o dos indicadores de ansiedad, y ello repercute en la salud mental y emocional de los niños pequeños, dejando huellas difíciles de sanar.

·   A octubre del 2020, los casos de violencia intrafamiliar se habían incrementado en 50%[5] en comparación del año 2019, y en muchos casos los niños pequeños están involucrados.

Como muchos señalan, las condiciones de vida de la primera infancia en el Perú ya tenía grandes brechas y desafSuplementabrechas y
desafacia en el Percuentan con el ados por COVID-19. adultos.so que supone en
ores contagios se dan el en hoíos,  pero con la pandemia éstos se han agravado por la interrupción de los servicios y el deterioro de la situación familiar; cuando los centros infantiles pudieron (y pueden) ser espacios de protección, de apoyo psicosocial y de promoción de medidas de bioseguridad para los niños y sus familias.

¿Qué nos dice la ciencia hoy?

Fueron dos argumentos principales que llevaron a confinar a los niños y cerrar los centros infantiles (centros de cuidado, guarderías e instituciones de educación inicial) por miedo. Hoy los datos y la ciencia derrumban nuestras creencias:

Los niños pequeños no se mueren por el COVID-19

      ·    En China, una revisión de 72,314 casos de niños infectados observó que los síntomas son leves en niños menores de 10 años.

    ·    Otros estudios realizados en Suecia, Singapur, Israel, Estados Unidos, la India y estudios de caso en el Perú[6], encuentran el mismo patrón de comportamiento del virus en niños pequeños infectados por COVID-19.

    ·    Los casos graves reportados incluso de muerte en niños pequeños están asociados a comorbilidad preexistente
(predominantemente con problemas respiratorios y oncológicos).

Los niños pequeños no son vectores, NO son los motores del COVID-19:

    ·       Los estudios en EEUU[7] señalan que de cada 1000 niños que asisten a los centros infantiles, se contagian 5 (0,5%) siendo un tasa muy baja a comparación de lo que sucede con los adultos, por lo que no consideran a las escuelas como espacios de contagio. Otro estudio en Cataluña – España indica que la tasa es de 0,4%.

     ·     Se deben diferenciar los rangos de edad, los estudios en Asia e India muestran que los niños a partir de los 10 años contagian tan igual como un adulto, cosa que no pasa con los niños pequeños. Por eso, nos llaman a no poner a todos los niños en la misma categoría.

      ·     El estudio de rastreo por contacto en India con una muestra de más de 3 millones de rastreados evidencia que[8]

         o  Los niños entre 0 y 5 años enfrentan el riesgo más bajo de infección, y transmisión del COVID-19.

         o  El riesgo es mayor en el grupo de edad de 5 a 17 años, pero menor que en los adultos.

        o   Ramana Laxminaryan [9] señala que al parecer los niños no trasmiten el virus a los adultos mayores, y                   observa un comportamiento diferente entre el COVID-19 y otros virus respiratorios. Las razones aún se                   desconocen.

      ·       En relación a las nuevas variantes del COVID-19, los científicos señalan que representa una proporción pequeña de los casos, pero aún se requiere seguir investigando.

Algunas reflexiones finales:

     ·       Que los niños se contagien menos y que los síntomas sean leves no significa relajar las medidas de bioseguridad,
al contrario, es importante que la familia no se exponga y mantenga las recomendaciones brindadas por los expertos en Salud.

    ·    Reforzar hoy más que nunca las prácticas saludables de siempre: lactancia materna exclusiva, lavado de manos, vacuna al día y completa y  alimentación balanceada, pues los otros virus no se han ido.

     ·       Los científicos recomiendan que los gobiernos tomen acciones que permitan la reapertura de los centros infantiles con seguridad, para ello debemos enfocarnos en lo que sabemos acerca de cómo prevenir el contagio: uso de mascarilla, distanciamientos social, espacios ventilados y desinfección permanente de las manos.

    Devolver a los niños su “espacio natural” de desarrollo, reaperturando los centros infantiles para proveerles cuidado, aprendizaje y bienestar (alimentación y apoyo psicosocial) deberá ser el siguiente reto a lograr en el corto plazo.

[1] Para la fluidez de la lectura, utilizaremos la denominación “niños” para referirnos a los niños de la primera infancia (0 a 5 años) sin distinción de raza, sexo ni condición socioeconómica.

[2] La Evaluación Continua del Impacto de la COVID-19 en el desarrollo de niños y niñas menores de 6 años – ECIC. Informe de la segunda ronda, periodo del 29 de Setiembre al 12 de Octubre del 2020. Estudio realizado por el Grupo de Investigación en Relaciones Vinculares y Desarrollo Socio emocional de la PUCP, la Fundación Baltazar y Nicolás y COPERA Infancia.

[3]“Espacio natural,” nos referimos al ámbito en el los niños cuentan con oportunidades para desarrollar  habilidades esenciales para la vida como la socialización, la autorregulación, la capacidad de planear y solucionar problemas, de enriquecer sus formas de comunicación e incluso el dominio de su motricidad.

[4] Información recogida del artículo presentado en Día 1, por Franco Balza. Señala además que según cifras del INEI, la tasa neta de asistencia en educación inicial cayó en 14 puntos porcentuales en el trimestre abril, mayo, junio del 2020 con respecto al similar periodo del 2019. En el caso de primaria fue de 3,5% y en secundaria del 6,1%

[5] Información recogida del documento de sistematización de la mesa de diálogo: Violencia y desprotección en la primera infancia organizado por COPERA Infancia.

[6] Llaque-Quiroz P, Prudencio Gamio R, Echevarría-López S, Ccorahua-Paz M, Ugas-Charcape C. “Carácterísticas de niños  con COVID-19 en un hospital pediátrico del Perú”. Rev Perú Med Exp Salud Pública. 2020; 37 (4):689-93.

[7] Emily Oster,  profesora de economía de la Universidad Brown realiza una recolección de datos en el 2020 en EEUU para poder entender el impacto entre la reapertura de guarderías y escuelas infantiles y las infecciones producidas por el COVID.

[8] https://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/es/consecuencias-del-cierre-y-la-reapertura-de-los-centros-infantiles-para-el-capital-humano/

[9] Ramanan Laxmiraryan, es economista y epidemiológo, en el 2020 realiza el estudio más grande en India sobre el rastreo de contacto de COVID 19 y ha alcanzado conclusiones importantes acerca del papel de los niños su la transmisión.

Autora: Regina Moromizato (Vicepresidenta Copera Infancia y representante Red Suma)