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1 de diciembre de 2021

La Primera Infancia está en la calle

Por: Copera Infancia

En un día de trabajo habitual, una joven madre, quien vendía jugo de fruta con su pequeña de tres años en un céntrico distrito de Lima, fue sorprendida por un golpe seco; para luego encontrar en el suelo a su niña inconsciente y sin entender bien lo que acababa de suceder. Esa misma noche, las noticias mostraron las terribles imágenes de lo ocurrido: un hombre con aparente enfermedad mental, había agredido a la pequeña con un ladrillo en la cabeza. La rápida respuesta de la madre permitió que su niña fuese atendida en un hospital de la zona, donde fue operada por una ruptura de cráneo y, luego, ingresada a la unidad de cuidados intensivos, donde se viene recuperando.

Esta historia es una muestra del peligro que viven las niñas y niños al estar expuestos al  trabajo en las calles de sus padres. Según la OIT/CEPAL, el mundo atraviesa una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes, siendo los grupos de población vulnerable, particularmente aquellos que trabajan en el sector informal y las familias migrantes, los más afectados por la recesión económica. La Covid-19 ha incrementado la pobreza, el trabajo infantil y, por tanto, la presencia de niñas y niños en las calles.

¿Qué ofrece la calle a la primera infancia?

Cada momento en la vida de una niña y niño es una oportunidad de aprendizaje y de evolución neurológica, que necesita del cuidado y protección de adultos responsables y de un Estado que garantice su desarrollo integral. Sin embargo, lo que vemos es una situación que no ofrece ninguna garantía para el cuidado infantil. 

Las calles ofrecen, a niñas y niños, un lugar violento, inseguro, ruidoso y contaminado que sólo vulnera sus derechos y los condena a sufrir efectos irreversibles en su desarrollo. Para muchas familias peruanas, sobre todo en un contexto de pandemia, la calle es una oportunidad de trabajo, pero no debería serlo para sus hijas o hijos.

Según la OIT, el “trabajo infantil” se define como toda acción que priva a los niños, niñas y adolescentes de vivir su niñez, desarrollar su potencial y proteger su dignidad. Además, el trabajo infantil compromete la educación, restringe derechos y limita las oportunidades futuras, lo que conduce a círculos viciosos e intergeneracionales de pobreza.

En el actual marco normativo del sistema de protección de niñas y niños del Perú, el caso de la niña, es una situación de riesgo y desprotección familiar que podría generar la separación de la niña de su entorno si volviese a repetirse. Esto demuestra lo importante y urgente que es el fortalecimiento de las capacidades de crianza y cuidado de las familias, así como el incremento de la oferta de servicios de cuidado infantil, desde una apuesta multisectorial que apunte a la creación de un sistema de protección social con énfasis en el cuidado de las poblaciones más vulnerables del país. Desde Copera Infancia creemos que esta es la ruta, mejorar la apuesta multisectorial para crear condiciones que favorezcan el cuidado, atención y protección de la infancia, desde una mirada de respeto, brindando condiciones y permitiendo asegurar la atención de las necesidades de desarrollo y aprendizaje de nuestra niñez. Cada niña y niño cuenta.