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13 de marzo de 2022

Avances científicos exigen la ampliación de la agenda pública sobre primera infancia

El marco actual de políticas y programas sobre primera infancia en los países de todo el continente americano, está basado en tres conceptos básicos del Desarrollo Infantil Temprano, los mismo que constituyen lo que conocemos como DIT 1.0: 

(1) el impacto de las experiencias a temprana edad en la arquitectura del cerebro; 

(2) la importancia de las interacciones receptivas de “servir y devolver” para un desarrollo saludable; y 

(3) los efectos del estrés tóxico en un cerebro en desarrollo.

Los avances en las ciencias biológicas han subrayado tres puntos adicionales que ofrecen un marco más amplio para la inversión basada en la ciencia en un mundo posterior a una pandemia. La suma de estos tres conceptos completa el DIT 2.0.

  1. Conectando el cerebro con el resto del cuerpo: Existe amplia evidencia de los efectos de la adversidad excesiva en los sistemas biológicos, que comienzan a temprana edad. La activación del estrés crónico puede aumentar el riesgo de padecer obesidad y déficit de atención. Asimismo, la inflamación crónica está asociada con las enfermedades cardíacas y la depresión.

El impacto económico de las enfermedades en adultos, asociadas con las adversidades tempranas, es un argumento sólido para exigir un mayor uso de los fondos destinados al sector salud para reducir la activación del estrés en niños pequeños. En EE.UU., solamente las enfermedades cardíacas, depresión y diabetes suman más de $600 mil millones anuales en atención médica.

  1. Respaldando las necesidades universales y variaciones individuales: La ciencia confirma lo que los cuidadores saben, todos los niños tienen similares necesidades básicas pero responden de forma distinta a las adversidades, incluso dentro de una sola familia. Estas respuestas se construyen a partir de las influencias ambientales, la variación genética individual y el momento del desarrollo.

La capacidad mejorada de la ciencia para medir los efectos del estrés crónico, representa una gran oportunidad para ofrecer servicios integrales, así como la evaluación de la efectividad de los mismos. Esto requerirá centrarse menos en los hallazgos promedio y más en las diferencias de las experiencias y exposiciones adversas.

  1. Proveer lo que los niños necesitan, cuando lo necesitan: La investigación sobre los períodos sensibles en el desarrollo de los sistemas inmunológico y metabólico, exige poner una mayor atención al periodo prenatal y los primeros 2-3 años de vida. Está demostrado que la nutrición materna y salud mental durante el embarazo pueden causar impactos a largo plazo.

Es así, que las políticas y programas orientados a madres gestantes, niños y niñas tienen la capacidad de mejorar la salud de por vida. El cuidado prenatal y el acompañamiento familiar son acciones importantes para empezar; sin embargo, las disparidades sociales demuestran la necesidad de enfrentar el racismo y la pobreza lo antes posible.

 

FUENTE: Jack P. Shonkoff, M.D. (2022) New Science + More Diverse Voices = Greater Impact