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17 de octubre de 2022

9 de cada 10 familias están preocupadas por la falta de alimentos

En el mundo, alrededor de 2,300 millones de personas padecen de inseguridad alimentaria moderada o grave. En el 2021, la ONU/FAO, arrojó que 16.6 millones de peruanos se encontraban en inseguridad alimentaria moderada o severa, situación que antes de la pandemia se encontraba en 8 millones de personas aproximadamente.

Frente a esta situación, la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza (MCLCP) de la mano de diversas organizaciones de la sociedad civil, lanzan la alerta “Perú: La Prioridad del Abordaje Integral de la Inseguridad Alimentaria, Hambre y Malnutrición en el Contexto de Crisis Agroalimentaria”, la cual aborda la situación de la inseguridad alimentaria, el hambre y la malnutrición en el Perú tras el impacto de la pandemia por covid-19, así como la crisis económica provocada en el primer semestre del año 2022. Además de ello, se resumen las principales medidas del Estado para enfrentar la crisis agroalimentaria en el país; y finalmente, se brindan propuestas para hacer frente a la emergencia por la crisis de nutrición, entre ellas, sostener el bienestar, la protección social de la sociedad vulnerable, y el fortalecimiento de las principales intervenciones en nutrición y desarrollo infantil temprano. 

En ese sentido, el informe releva la situación que afronta nuestro país, debido a  una triple carga de malnutrición, tales como la desnutrición, la anemia y el sobrepeso, que presentan inseguridad alimentaria que afecta principalmente a las poblaciones vulnerables como niños, niñas, mujeres, ancianos y comunidades indígenas, asimismo, a las personas en condición de pobreza. 

Por un lado, según el INEI, indica que en el Perú para el 2021 la población pobre bajó a 25.9% respecto al año anterior, que se encontraba en 30.1%. Por otro lado, en el 2022, la baja significativa de los ingresos económicos, aumentó los niveles de hambre, dado que los gastos por alimentación oscilan un 66% de los ingresos familiares.

En relación con eso, muchas de las formas de malnutrición realmente son originadas por la pobreza y desigualdad. Las niñas y niños que se encuentran en pobreza tienen más probabilidades de padecer malnutrición, porque difícilmente pueden acceder a agua limpia, atención médica pertinente y educación; esto ataca el proceso de vida de madres, bebés y niños. Por ello, se debe garantizar una alimentación adecuada desde la gestación y edad temprana para eliminar las barreras que impiden erradicar la pobreza y desnutrición. 

Desde Copera Infancia, nos sumamos a esta alerta y visibilización de prioridad en el tema, en el marco del segundo Objetivo de Desarrollo de la Niñez – ODN, ponemos en prioridad el interés de una buena nutrición para que las niñas y niños crezcan con más oportunidades en beneficio a sus capacidades mentales y físicas, porque una buena alimentación permite mejorar su desarrollo y reduce las brechas de desigualdad. Además, resaltamos que la lucha contra la desnutrición está también presente en el segundo y tercer Objetivo de Desarrollo Sostenible – ODS.

Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional.

Fuentes: MCLCP, ONU, FAO, INEI