En conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, se busca promover una conciencia global sobre la importancia de la salud mental como un derecho humano universal. En este contexto, queremos enfatizar la relevancia fundamental de la salud mental de las madres, padres y cuidadores en el desarrollo de sus hijas e hijos
En un contexto de múltiples crisis, la salud emocional de las y los ciudadanos se ha visto afectada, con mayor persistencia la de las madres y cuidadores; así se ha evidenciado desde la pandemia sanitaria y que hoy ante los problemas sociales-económicos y políticos se agrava. Según los resultados de la primera ronda de la Evaluación de Competencias Socioemocionales de Niños e Indicadores de Salud Mental de Cuidadores (ECIC), el 22,4% de los padres informa sentir estrés al desempeñar sus roles de crianza; por otro lado, el 9.7% presenta indicadores de ansiedad y depresión.
De igual forma, el Estudio de Salud Mental Parental: Factores Determinantes de Estrés, Depresión y Ansiedad Parental, realizado por la Fundación Baltazar y Nicolás, precisa entre otros que la madre tiene 5.5% más propensa a sufrir estrés respecto al padre; además si el padre/la madre vive en Lima Metropolitana, tiene un 2.0% más de probabilidades de tener estrés en comparación al padre/la madre que vive en alguna otra región del país. A medida que aumenta el nivel educativo del padre/la madre, también aumentan en un 3.1% sus posibilidades de presentar esta afección mental. Estas estadísticas resaltan la urgencia de abordar la salud mental desde un enfoque preventivo, con prioridad en las personas que atienden y cuidan de otros como las madres, padres y cuidadores, ya que desempeña un papel crucial en el bienestar de la familia y, sobre todo, en el desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños.
Pensando en el problema, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que en muchos países de la región, las personas con problemas de salud mental no tienen acceso a servicios de calidad y a menudo sufren maltratos y abusos, incluso en entornos de atención médica donde deberían recibir protección, instando a los Estados a tomar acción sobre lo que se considera la próxima pandemia.
Desde Copera Infancia, hacemos un llamado a redoblar esfuerzos al sector público a evidenciar el problema, centrado no solo en las acciones intrahospitalarias sino también en aquellas de carácter preventivo que son tan necesarias, para naturalizar el problema y ponerse en acción. Seguir apoyando los estudios que busquen poner en evidencia el problema, apropiándose incluso de las acciones realizadas como la ECIC para generar data continua para la toma de acciones. Por otro lado, orientar las campañas de comunicación a romper el estigma que rodea el abordaje de la salud mental y su temor en ocultar por miedo a ser juzgado. Necesitamos construir ciudadanía alrededor del tema movilizando esfuerzos del Gobierno, instituciones públicas y privadas para fomentar y coordinar iniciativas para apoyar la salud mental, con el objetivo de promover una sociedad empática y respetuosa de los derechos de todas las personas.
24 de noviembre de 2023
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