En el Día de la Madre Tierra resaltamos la importancia de crear entornos sostenibles donde la infancia pueda crecer en armonía con el planeta. La relación de los niños y niñas con la naturaleza no solo es esencial para su salud, aprendizaje y desarrollo emocional desde una mirada integral, sino también para sembrar una conciencia ambiental desde temprana edad.
La conexión con el entorno natural aporta beneficios significativos a la salud y el bienestar infantil:
Investigaciones han demostrado que el contacto con la naturaleza reduce el estrés, mejora la concentración y fortalece la creatividad. Estudios de la Universidad de Illinois revelan que los niños que pasan tiempo al aire libre pueden experimentar una disminución del 30% en los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), mientras que la Universidad de Harvard indica que los entornos naturales potencian la capacidad de aprendizaje en un 25%.
La educación ambiental juega un papel crucial en la construcción de una sociedad sostenible:
La UNESCO destaca que educar a los niños en el respeto y cuidado de la naturaleza fomenta ciudadanos comprometidos con la conservación y el uso responsable de los recursos. Integrar la educación ambiental en las políticas de conservación es una necesidad para empoderar a las nuevas generaciones como actores clave en la protección del planeta.
Modelos educativos como la pedagogía Waldorf han reconocido el valor del aprendizaje en contacto con la naturaleza. En estas metodologías, el juego al aire libre y la exploración activa del entorno son elementos fundamentales para el desarrollo cognitivo, emocional y social. De manera similar, en países como Dinamarca y Finlandia, los niños en primera infancia pasan gran parte de su tiempo explorando la naturaleza, lo que fortalece su autonomía y curiosidad innata.
El autor Richard Louv advierte sobre el «déficit de naturaleza» en la infancia, una desconexión que puede tener consecuencias negativas en la salud y el bienestar. En su libro Educar en el asombro, Catherine L’Ecuyer resalta la importancia de respetar los ritmos naturales de los niños y permitirles explorar el mundo con curiosidad y admiración. Estos principios pueden guiar no solo la educación, sino también nuestra relación con el entorno natural a lo largo de la vida.
En el Día de la Madre Tierra, reafirmemos nuestro compromiso con el derecho de la infancia a crecer en entornos saludables, seguros y enriquecedores. Promover espacios verdes en las ciudades, garantizar el acceso a la naturaleza y fomentar una educación ambiental de calidad son pasos fundamentales para un futuro más sostenible y armonioso para todos.
¿Y tú, qué vas a hacer hoy por una infancia que crezca en armonía con la Tierra? Comparte tu compromiso o acción con el hashtag #InfanciaYMadreTierra. ¡Cada paso cuenta!
23 de abril de 2025
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