Fredy Torres: “Invertir en niños menores de 3 años asegura que a futuro existan personas con menos enfermedades degenerativas”

Nutricionista y egresado de derecho, con más de 15 años de experiencia en reformas sociales. Miembro de Copera Infancia y ex colaborador de Cooperación Internacional, Fredy Torres es el actual Coordinador Territorial del MIDIS.

¿Cuáles han sido las acciones claves en la lucha contra la desnutrición en el Perú?

En 2008 nació el programa presupuestal nutricional, y a partir de ello se han implementado esfuerzos conjuntos, como los lineamientos DIT (implementados en 2013) y, en 2014, se creó el Fondo FED que se trabaja en regiones por medio 3 indicadores: educación, salud y vivienda. La educación tuvo tres momentos claves, en 2016 se aprueban los lineamientos elaborados en 2013 y el cambio de gobierno de ese momento generó que las políticas trabajadas se enmarquen de manera específica, por ende, en 2018 tuvimos un apartado dentro de la ENDES. Sin duda, 2019 ha sido el año más importante porque nos ha permitido ser uno de los primeros países en Latinoamérica que ha disminuido la desnutrición crónica de manera significativa.

¿Cuáles son los temas pendientes más urgentes?

Promover una articulación intergubernamental. Si bien es cierto existe data de corte anual, necesitamos data de corte mensual que nos permita saber dónde están los niños menores de 3 años, qué servicios reciben, en qué medida lo reciben y cuál es la calidad de estos servicios, esto nos permitiría dar seguimiento. Nos enfocamos mucho en el factor económico para movilizar esfuerzos, pero no sabemos qué pasó después de implementar estos recursos, no sabemos qué impacto ha generado esta intervención. Es clave articular los 3 niveles de gobierno, sectorizar al país y establecer un monitoreo que nos permita asegurar: dónde está la población específica, qué sucede con la entrega de servicios y cómo se van cerrando las brechas de cobertura. Todo esto nos asegura una llegada oportuna a niñas y niños, no podemos olvidar la ventaja de oportunidades que tiene la infancia durante el primer año de vida, debemos de actuar de manera inmediata.

¿Qué propone Copera Infancia para cerrar las brechas en nutrición infantil?

El documento técnico “Cada Niña y Niño Cuenta” busca: potenciar la asistencia técnica a familias pobres y en situación de emergencia, si bien otros programas sociales como Cuna Más lo han venido haciendo, Copera aporta algo que no se hace ahora, que es incluir alimentos fortificados con hierro en las canastas alimentarias; y promover una vigilancia nutricional a nivel de comunidad o familia para garantizar el acceso y monitoreo de las gestantes, niños y niñas.

Cada sector cuenta con su propio sistema de monitoreo, integrar estos sistemas nos va a ayudar a tener una única fuente de información. También debemos centrarnos en generar alertas tempranas, por ejemplo, si un niño no recibe la suplementación de hierro, ya es candidato a la anemia, eso se podría reducir con alertas tempranas. Además, hay que fortalecer el primer nivel de atención para asegurar que las familias no lleguen cuando tienen condiciones graves, todo esto puede asegurar que más niñas y niños tengan una mejor calidad de vida en los próximos años.

¿Por qué es necesario que los actores políticos asuman este compromiso?

Hay una ruta previa que nos ha permitido establecer ciertos insumos y procesos que aseguren la implementación de estas iniciativas, por ejemplo, se tiene claro que si queremos implementar una política de Estado tendríamos que definir 3 aspectos claves: gestión política a nivel regional y local, predisposición de los sectores salud y educación, y el recurso económico. Como Estado nos enfocamos en el primer nivel, establecemos las normativas, las directivas y a partir de eso coordinamos a nivel regional, pero cuando queremos llegar al nivel local o provincial es más complicado. Hay que entender los efectos de tener niños con anemia, si a la larga siguen sin tener mejores condiciones, pueden ser una carga para el distrito, la comunidad y el Estado. Invertir en niños menores de 3 años asegura que a futuro existan menos enfermedades degenerativas y mejores condiciones de vida, todos debemos sumarnos a este esfuerzo y asegurar que más niños tengan acceso a servicios de calidad, de no hacerlo las próximas generaciones estarán expuestas a riesgos tanto biológicos como económicos.