En el 2024, el Estado peruano viene invirtiendo mayores recursos financieros para ampliar los servicios destinados a mejorar el desarrollo de los niños y niñas menores de 3 años. Garantizar la accesibilidad y representatividad de toda la población en los espacios de decisión garantiza un buen análisis e identificación de necesidades en el nivel local. Uno de los desafíos que hemos identificado en esta tercera y última parte es la revalorización de los espacios de participación y vigilancia de la mano de la población y la sociedad civil.
Uno de los principales mecanismos que permiten el acercamiento y presencia del Estado en todos los territorios, así como una adecuada identificación de prioridades y problemáticas, es la participación ciudadana y de la sociedad civil. Además de la interacción directa con las diferentes formas de participación de la población con los programas sociales, el Estado un dispone de otras vías para escuchar las demandas de la población organizada como son el Comité de Transparencia y Vigilancia Ciudadana (CTVC) y la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza (MCLCP) con presencia en todos los territorios del Perú. Estos mecanismos cuentan con canales de atención muy eficaces. No obstante, la capacidad de la sociedad civil de influir en las políticas y programas de primera infancia ha disminuido a raíz de la pandemia, en parte debido a la reducción de presupuestos al desarrollo y mejora de estos instrumentos, la dificultad para contactar con actores del gobierno, la dificultad para hacerle seguimiento a las demandas por parte de la sociedad civil y las agendas políticas y prioridades según coyunturas y contextos puntuales.
Para superar esta situación, algunas organizaciones se han articulado con el Estado a fin de dar pasos importantes en favor de la primera infancia. Tal es el caso de la Evaluación Continua de Impacto de la Covid-19 (ECIC-19), donde la sociedad civil representada por Fundación Baltazar y Nicolás, la comunidad de aprendizaje Copera Infancia y la academia a través de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), se articularon para gestionar y ejecutar una encuesta con el objetivo de evaluar en forma continua el impacto del COVID-19 en indicadores específicos del desarrollo de niñas y niños menores de 6 años y sus factores asociados. Esta iniciativa, ha sido un importante instrumento de incidencia técnico-política para visibilizar a la primera infancia, estableciendo sinergias entre la sociedad civil y el sector público (ya que pudo ser escalable la iniciativa bajo las redes de trabajo que tienen principalmente los programas sociales involucrados). Asimismo, esta iniciativa logró posicionar la salud emocional de las y los cuidadores como un punto crítico, ampliando el abordaje e impulso de buenas prácticas que fomenten el DIT en un contexto que responda a las necesidades de las familias (Fundación Baltazar y Nicolás, 2020).
Existen otras iniciativas de la sociedad civil, la cooperación y la empresa privada que buscan también fortalecer y complementar las acciones del Estado, mejorar su llegada a todos los peruanos y peruanas y proponer mejoras e innovaciones en las formas de intervenir en desarrollo social. El compromiso de todos es necesario, no hay disciplina profesional que no esté involucrada en ofrecer mejores oportunidades y condiciones de desarrollo a la infancia peruana.
Todos somos importantes para los niños y niñas del Perú. ¡Súmate! Por un mejor Perú.
20 de noviembre de 2024
16 de noviembre de 2024
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