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30 de abril de 2024

MATERNIDAD, INTERRUPCIÓN DE LA LACTANCIA MATERNA

Escrito por: Vanesa Laínez

Aunque la lactancia comience a generar sentimientos y pensamientos negativos en la madre, la decisión de interrumpirla puede no ser una decisión sencilla. Muchas mamás se pueden sentir culpables sin ser verdaderamente conscientes de sus razones. Conversar sobre este tema puede ayudar a entender que ha llegado el momento de dejarlo ir y que el proceso puede ser mucho más simple de lo que se había imaginado en un principio. Entonces, ¿por qué es tan difícil tomar una decisión aparentemente simple?

Como en toda conversación sobre bebés, las opiniones son diversas. Algunos dirán que no es necesario dar tanto tiempo de lactar. Otros, por otro lado, argumentarán que la interrupción de la lactancia es demasiado temprana. En estos casos, el mundo exterior no brinda mucha ayuda, sino que contribuye a la confusión que la madre pueda experimentar en ese momento crítico. Para los padres, los mensajes sobre prácticas de crianza, qué hacer o no hacer, son siempre bastante confusos tanto en lo referente a la lactancia, como a todas las etapas de crecimiento y desarrollo de los hijos. Si abrigar o no al bebé, si enviar o no al bebé al nido o al jardín y cuál es el mejor momento, si darle o no chupete, cómo comenzar a alimentarlo, si ponerles medias o no ponerles medias, entre otros, se encuentran entre muchos de los debates habituales de las familias. 

La lactancia materna no es ninguna excepción y los expertos tampoco se ponen de acuerdo. Con frecuencia, se usan recomendaciones y referentes de otras latitudes que no reflejan diferentes enfoques culturales sobre los lazos familiares u otras características socioeconómicas de nuestra región, lo que contribuye a que se complique tomar una decisión debido a que los padres reciben mucha información, con frecuencia contradictoria. 

Entre las razones que hacen difícil interrumpir la lactancia es porque los padres, hoy, saben que y se han informado sobre los beneficios de la leche humana. Saben que la leche materna es un superalimento y que tiene muchas ventajas alimentar a sus bebés con ella. Pero probablemente existen razones más profundas. Dejar de amamantar puede poner punto y final a una etapa de la vida como madre de un bebé y, con ella, dejar ir esa hermosa conexión que se siente cuando el bebé busca a su mamá y se apega y tranquiliza junto a ella. Provocar esa separación puede provocar el enojo del bebé y eso hace difícil mantenerse firme en esa decisión. ¿Quizás el bebé necesita esa conexión más profunda que la mamá la necesidad de libertad física? 

En este punto es importante, recordar que lo que el bebé necesita, ante todo, es una madre tranquila y equilibrada. Por ello, para cuidar de un bebé, es importante que la mamá y toda la familia velen por mantener unas relaciones sanas de cuidado y cooperación en las dinámicas familiares, un factor que se va convirtiendo en un elemento clave a medida que crecen los hijos. 

Si ha llegado el momento de dejar de lactar, es importante, por tanto, entenderlo y no generar sentimientos de culpabilidad por dejar de lactar, sin temer a la decisión de recuperar un poco más de tiempo y espacio para todos, entendiendo que tan importante es el aspecto nutricional del bebé como su crecimiento sintiéndose emocionalmente seguros, siendo el componente emocional el aspecto que tiene mayor impacto en el desarrollo de la niña o el niño y en el desarrollo de su arquitectura cerebral, al punto que, relaciones inseguras e inestables, pueden llegar a alterar la conectividad neuronal responsable del control de las emociones provocando retrasos en el aprendizaje, retrasos en la adquisición del lenguaje y en las habilidades para resolver problemas, mayor riesgo de conductas antisociales y enfermedades crónicas y mentales. Para lograr resultados positivos en el desarrollo, la niña y el niño deben tener un entorno familiar favorable que brinde las condiciones necesarias para su desarrollo integral. Por lo tanto, la familia es el lugar esencial para la formación del bebé, donde se establecen los lazos afectivos más importantes y se crea una base sólida y equilibrada en todos los aspectos de su vida